Questo sito utilizza cookie tecnici, analytics e di terze parti.
Proseguendo nella navigazione accetti l'utilizzo dei cookie.

Preferenze cookies

L’Ordine di Malta insgine l’Ambasciatore Vigo

Venerdì 4 novembre 2016 il Sovrano Militare Ordine Ospedaliero di San Giovanni di Gerusalemme di Rodi e di Malta, rappresentato in Bolivia dall’Ambasciatore Mauro Bertero Gutiérrez, ha insignito l’Ambasciatore d’Italia Placido Vigo con la Croce di Gran Ufficiale Pro Merito Melitensi per l’incessante lavoro svolto a favore della collettività italiana, delle persone bisognose, per le sue doti morali e l’incondizionato appoggio che sempre ha dimostrato al Sovrano Ordine di Malta.

L’Ambasciatore Vigo, particolarmente commosso, ha espresso i suoi più sinceri e profondi ringraziamenti, ricordando le opere che lo SMOM svolge in tutto il mondo, nonché la forte amicizia che lo lega con il nostro Paese.

Per l’occasione, l’Ambasciatore Bertero ha pronunciato un sentito discorso:

Vayan estas primeras palabras para expresar nuestra cercanía en la oración y nuestra solidaridad con la República de Italia por las trágicas consecuencias de los devastadores terremotos registrados en la Zona Central de Italia durante los últimos meses.

Es en este sentido que hacemos votos para que el noble pueblo italiano pueda encontrar resignación y consuelo cristiano en estos tiempos de dificultad y angustia.

– – – – – – –

A tiempo de agradecer vuestra gentil presencia esta noche y antes de proceder con la ceremonia protocolar prevista, les ruego concederme unos minutos para hablarles de un extraordinario ser humano y entrañable amigo nuestro. Un ilustre representante de la italianidad a lo largo de una muy proficua carrera diplomática al servicio de Italia y de los italianos.

En los célebres diálogos de la Antigua Grecia, el filósofo Platón sostenía que existen tres tipos de seres humanos: los vivos, los muertos y los que navegan.

Pues bien, esta noche deseo hablarles de un navegante de mares serenos y a la vez sereno conductor en aguas agitadas.

A propósito de esta temática, se ha dicho que un velero es impulsado por el viento, por lo que es el viento el que lo mueve, sin embargo, no es el viento sino el navegante el que al mover las velas, le da dirección y el sentido al andar de la embarcación bajo su mando. Este andar puede darse en la dirección del viento o bien en la dirección contraria, de acuerdo a cómo el navegante coloque sus velas frente a la situación que enfrenta.

Cosa parecida sucede con el ser humano y su experiencia de vida. Las variables en las dimensiones social, familiar y educativa son condicionantes –al igual que el viento– pero ulteriormente es la persona espiritual –como el navegante– quien enfrenta el viento para llegar a su destino.

Tanto en el arte de navegar un velero como en la vida misma, el sentido surge de la actitud con que enfrentamos los desafíos que se nos presentan en el diario quehacer.

No es la tormenta la que nos define. La tormenta es la que nos brinda la oportunidad de mostrar nuestra verdadera fuerza.

En palabras prestadas de expresiones y consejos del Embajador Vigo a la juventud siciliana: “debemos seguir nuestros ideales aunque esto signifique dejar de lado la tranquilidad doméstica”.

“Es cabalmente gracias al sacrificio y al trabajo tesonero que se pueden realizar los sueños. Solamente así puede uno superar las dificultades y la soledad”.

Placido nació en Acireale en la costa oriental de Sicilia, localidad conocida como la “ciudad de las 100 campanas” o la “Vaticano del Sur” por la cantidad de Iglesias presentes en su territorio.

Tenemos entendido que desde su infancia y por vía del Puerto de Santa Maria la Scala, tuvo oportunidad de conocer y practicar las complejas artes de la navegación a vela en el fantástico mar azul que le vio nacer.

Hombre de Fe, enamorado de su tierra y de los “perfumes y antiguos valores de su familia” y marcado por un episodio muy particular ligado a un balón de fútbol que acabó entre los libros de historia y a los sueños de su abuelo materno, dejó muy temprano la Provincia de Catania para doctorarse en Ciencias Políticas en la Universidad Católica de Milán.

Sus actividades diplomáticas previas a la Embajada en Bolivia lo llevaron a desempeñar funciones en Tripoli, Bonn, Montevideo, Buenos Aires, Panamá y a importantes responsabilidades en las Oficinas Diplomáticas de la Presidencia de la República y del Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia.

Es en virtud a su destacada trayectoria, su testimonio y cercanía en la Fe Cristiana, su permanente disponibilidad y apego a las actividades de la Soberana Orden de Malta en estas tierras que esta noche tengo el privilegio de cumplir con el alto encargo de Su Alteza Eminentísima, Frey Matthew Festing, Príncipe y Gran Maestre de la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta, quien junto a los Miembros del Soberano Consejo han decidido conceder la condecoración Cruz de Gran Oficial Pro Mérito Melitensi al Excelentísimo Señor Embajador, Don Placido Vigo.

Para concluir y retornando brevemente al territorio de las metáforas, hago sinceros votos para que los vientos le sean siempre propicios, Embajador y amigo don Plácido.

Hago sinceros votos para que el destino –no importando el sentido de los vientos– permita que Vuestra Excelencia pueda vivir sus sueños junto a su digna consorte Valentina siempre en tiempos veraniegos –dejando el encanto de Sicilia sólo después de la vendimia– para seguir gozando del calor entre Buenos Aires y Montevideo.

¡Mil felicidades y muchas bendiciones!

Onoreficenza della Croce di Gran Ufficiale Pro Merito MelitensiOnoreficenza della Croce di Gran Ufficiale Pro Merito MelitensiOnoreficenza della Croce di Gran Ufficiale Pro Merito MelitensiOnoreficenza della Croce di Gran Ufficiale Pro Merito MelitensiOnoreficenza della Croce di Gran Ufficiale Pro Merito MelitensiOnoreficenza della Croce di Gran Ufficiale Pro Merito Melitensi