(Ilustres invitados, queridos amigos todos,)
Muy buenas tardes y gracias por su presencia.
Quisiera darles junto a mi esposa Idoia un cordial saludo de bienvenida a la celebración de la fiesta de la República Italiana.
En primer lugar me gustaría enviar un cordial saludo al Canciller Choquehuanca y al Vice-Canciller Alurralde, ambos apreciados interlocutores para las embajadas, quienes están en este momento en Antigua, Guatemala, donde mañana se inaugura la Asamblea General de la OEA, una reunión importante en esta fase de integración del Continente Americano. Para ellos y para los delegados de otros Países nuestros deseos de éxito.
Los últimos doce meses han visto una evolución de la crisis en la Eurozona y en Italia. En algunas de las más importantes economías europeas, entre ellas la italiana, se han adoptado reformas responsables que junto a un mayor compromiso del Banco Central Europeo, han logrado poner fin a los ataques especulativos contra el euro. La financiación de la deuda pública en países como Italia, ya no está sujeta al pago de altos tipos de interés que no reflejan, ni las condiciones de mercado, ni la riqueza real de estas economías. Pero se puede decir que hemos salido de la crisis? Pienso que todavía no.
En Italia las elecciones políticas del pasado febrero han evidenciado el cansancio de la población frente a una política de disciplina fiscal que no esté paralelamente acompañada por una política de recuperación del ciclo económico. El descontento de parte de los ciudadanos europeos, junto al inicio de un período de recesión en la Eurozona, está provocando una evolución de la política económica europea, puesto que se están adoptando medidas para la creación de empleo, la recuperación de la demanda interna, y al mismo tiempo, se está llegando a una deseable profundización de la unión política y económica.
Es una opinión extendida que yo comparto, que cuando hayamos salido de la crisis nos daremos cuenta que de ella han surgido nuevas oportunidades de progreso en el sendero de la integración europea. Como ha dicho la nueva Ministra de Asuntos Exteriores italiana, Emma Bonino, quien fue una apreciada Comisaria Europea para el Desarrollo, “no podemos tener SOLO la Europa de la austeridad, porque la UE tiene que Ser y Hacer mucho más”
Mientras tanto en Italia, han sido necesarios dos meses tras las elecciones para que el sistema político se adaptase a una nueva situación, con nuevos actores y nuevas formas de interacción. No ha sido sencillo. Giorgio Napolitano, que con su experiencia y sabiduría política ha sabido guiar Italia en estos difíciles años, ha sido reelegido como Presidente de la República por un segundo mandato. De esta manera se ha podido constituir un gobierno de coalición que tiene como tarea continuar con el camino de reformas estructurales iniciado por el precedente Gobierno y reconducir Italia hacia una mayor “normalidad” política y económica.
Las turbulencias políticas y económicas del país que represento no merman el sentimiento de solidaridad del pueblo italiano frente a la ayuda al desarrollo. En su primera intervención al Parlamento, la Ministra Bonino ha confirmado el objetivo establecido por el precedente gobierno de doblar los recursos de la Cooperación italiana en los próximos cuatro años. Asimismo, Bolivia ha sido confirmado como país estratégico y prioritario para la Cooperación italiana, con un porfolio de 24 proyectos activos bajo las diferentes modalidades de financiamiento y ejecución que bajo el perfil estrictamente económico asciende a un total de 45,6 Millones de Euros.
Esto significa que se mantendrán los compromisos del programa de cooperación bilateral financiados con créditos blandos o donaciones en los sectores del Agua y Medio Ambiente, Salud, Agricultura, Turismo, Cultura y Justicia (a propósito de la Justicia, quiero subrayar que este sector estratégico para el progreso del país se ha convertido en uno de los ejes de la cooperación europea en Bolivia).
Además en los últimos meses hemos destinado nuevos recursos de los fondos italianos en el BID y en la CAF para proyectos en todo el País. Por otro lado, quisiera anunciar que desde Roma han sido asignados nuevos recursos para la financiación de proyectos implementados por algunas agencias del sistema ONU presentes en Bolivia.
En Bruselas, dentro de la UE, Italia ha sido favorable a que en la compleja revisión de la estrategia global de cooperación al desarrollo, el redimensionamiento del compromiso europeo en América Latina a favor de otras áreas más necesitadas, no se materialice en una disminución de la cooperación con Bolivia. Pero no solo, en el marco de la excelente colaboración que tenemos aquí entre partners europeos, somos favorables a la programación conjunta de nuestros proyectos de cooperación de manera que maximicemos la eficacia de todos los recursos europeos a disposición de este país.
Entre los nuevos proyectos que se están aprobando hay uno junto a la FAO por un valor de un millón de dólares, es una donación, enfocado en la productividad y sostenibilidad de los cultivos de Quinua y la cría de Camélidos.
A propósito de la Quinua, quiero felicitar al Gobierno por haber logrado en Naciones Unidas la celebración del Año Internacional de la Quinua, y subrayar la contribución de Bolivia al debate sobre la seguridad alimentaria global.
Y por supuesto me alegra que la FAO haya decidido hospedar en Roma el próximo octubre la Muestra Internacional de la Quinua en ocasión de la Jornada Mundial de la Alimentación. Espero que la muestra pueda viajar a Milán en el marco de la preparación de la Expo Universal 2015 dedicada a la Seguridad Alimentaria Global.
Estoy convencido de que la Quinua, además de contribuir al desafío global alimentario, puede ser un extraordinario vehículo de promoción turística y aumentar el interés hacia Bolivia, un País que es todavía poco conocido en Italia y Europa.
Muchos de vosotros recordaréis que en las dos celebraciones anteriores de la fiesta de la República, hemos acogido símbolos del Made in Italy como la Vespa, las motos Ducati, y los coches Fiat. Este año para ilustrar el extraordinario crecimiento del comercio bilateral, con un aumento del 300% durante los dos pasados años, hubiera tenido que exponer tractores agrícolas o maquinaría para trabajar minerales, madera, cerámica…. Pero me temo que fuera de su contexto, estos productos no son muy atractivos.
Por supuesto estamos muy contentos de la dinámica positiva del intercambio comercial entre Italia y Bolivia, que muestra por una parte la diversificación productiva que se está dando en este país, y por otra, la complementariedad de nuestros países a nivel productivo.
El éxito del Made in Italy en Bolivia se hace patente también en eventos como el organizado ayer en el Jardín Japonés por la Asociación Fronteras Abiertas a la que quiero agradecer sinceramente.
Pero, tenemos más ambiciones.
Estoy muy agradecido, al igual que mis colegas de la Unión Europea, por las ocasiones de diálogo que hemos tenido con el Gobierno y con el Presidente Morales en materia de inversiones. Esperamos que nuestras consideraciones puedan contribuir al proceso de elaboración de la nueva ley de inversiones en beneficio no solo de las empresas extranjeras, sino también de las nacionales.
La inversión como habitualmente digo, no es solo la de las grandes multinacionales privadas o la del gobierno en los sectores estratégicos. En mi opinión, en esta fase de desarrollo del país, la inversión más importante es aquella de las pequeñas y medianas empresas en sectores aún no desarrollados como el turismo, la transformación alimentaria, los servicios, etc. Es este tipo de inversión la que puede generar un desarrollo económico sostenido, nuevos empleos, y nueva recaudación fiscal para las políticas del Estado a favor de los más débiles, de los más vulnerables. Es este tipo de inversión la que tiene que ser estimulada y protegida por el Estado. Y son esos los sectores donde la aportación exterior de experiencia y tecnología puede ser de gran ayuda.
Para dar un ejemplo de cómo la experiencia de otros países puede servir a Bolivia, este año hemos elegido exponer una muestra sobre la protección de los paisajes históricos italianos, esos paisajes que a través de los siglos han sido modificados por el trabajo del hombre, y que hoy representan el patrimonio de nuestra cultura productiva, el valor turístico de nuestro territorio, y el empeño en la protección de nuestro medio ambiente, de nuestra Pacha Mama.
Tiempo atrás, un gobernador boliviano me dijo: en este Departamento no somos muy afortunados porque bajo el suelo no tenemos ni gas ni oro. Bien, en Italia, desde este punto de vista somos muy desafortunados: en nuestro subsuelo no hay nada de valor. Y es por esto que durante los últimos 3000 años nos hemos preocupado de valorar todo lo que hay sobre la superficie. Este tipo de experiencia es la que nos gustaría ofrecer a Bolivia con nuestras empresas.
Para finalizar quisiera agradecer, como es oportuno en esta ocasión, a los colegas de la Embajada, de la oficina de la Cooperación italiana y de los Consulados Honorarios, a los voluntarios de las ONG laicas y católicas, internacionales y locales, y a todos los compatriotas que cotidianamente con su solidaridad y empeño, contribuyen a reforzar los lazos entre nuestros países.
Muchas gracias a todos y espero que disfruten.
Luigi De Chiara
Ambasciatore d’Italia